Are you over 18 and want to see adult content?
5
More Annotations
A complete backup of managementcircle.de
managementcircle.de
Are you over 18 and want to see adult content?
5
A complete backup of goyardbagsstore.us
goyardbagsstore.us
Are you over 18 and want to see adult content?
2
Favourite Annotations
4
A complete backup of www.forbes.com/sites/terencemoore/2020/02/08/the-return-of-bob-knight-to-indiana-basketball-was-a-combinati
www.forbes.com/sites/terencemoore/2020/02/08/the-return-of-bob-knight-to-indiana-basketball-was-a-combination-of-sad-and-great/
Are you over 18 and want to see adult content?
3
Text
SITIO DE CIENCIA-FICCION Nota del SdCF: Cuando la fecha es la del último día del mes, muy probablemente la organización no haya concretado exactamente cuando anunciará los ganadores y refiere genéricamente el dato trimestre o mes.Conviene consultar la web del organizador para más información. SITIO DE CIENCIA-FICCIÓN Biblioteca. Creando índice. © , UN MUNDO FUERA DEL TIEMPO Esta novela no deja de ser extraña en su concepción y desarrollo. Arranca cuando J. B. Corbell despierta de su sueño criogénico atrapado en el cuerpo de otro hombre. Tras el shock inicial descubre que su mente ha sido rescatada de su viejo cuerpo congelado (comido por el cáncer y destrozado por millones de microscópicas agujas de huelo) para implantarla en el cuerpo de un criminal
AY, BABILONIA
Los relatos apocalípticos y postapocalípticos pivotando en el Holocausto Nuclear se pueden contar por cientos, por miles, afortunadamente todos son pura ficción y el grado de verosimilitud de lo que se relata resulta muy dispar. EL MAESTRO DE ESGRIMA Don Jaime Astarloa es uno de los pocos maestros de esgrima que quedan en la España de finales del siglo XIX. El general Prim acecha ya al gobierno de Isabel II y la revolución es el tema de las tertulias de café. Don Jaime, ya avanzado en edad, subsiste dando clases a algunos pipiolos y a su buen amigo Luis de Ayala-Vallespín, marqués de losAlumbres.
SERVIR AL HOMBRE
SERVIR AL HOMBRE, es el título de un capítulo inolvidable de la Dimensión Desconocida (The Twilight Zone), la mítica serie de televisión que llevó la fantasía a límites insospechados, creación de Rod Serling, quien usualmente presentaba los capítulos, muchos de los cuales, correspondían a la ciencia-ficción, tomados de novelas o historias cortas, como el que vamos a comentar. 2001: ODISEA DEL ESPACIO. SEIS NOTAS PARA …TRANSLATE THIS PAGESEE MORE ON CIENCIA-FICCION.COM PUENTE ENTRE ESTRELLAS En un Imperio donde los pobladores o bien son esclavos o salvajes semibárbaros, hay una pequeña minoría, la élite que controla el Imperio, que se desplaza de un planeta a otro mediante una muy poco trabajada, por los autores, entiéndase, tecnología de viajes más rápidos que la luz.EL SUEÑO DE HIERRO
No creo que haya duda sobre la maestría de Spinrad como constructor de novelas. EL SEÑOR DE LA SVÁSTICA está perfectamente planificada de principio a fin, tal y como se intuye en la crítica final de Homer Whipple Si bien se inicia de una forma ordenada y hasta tranquila, poco a poco entra en una espiral cada vez más enardecida de violencia, exaltación racial y reiteración de figuras y LA GRAN HISTORIA DE LAS NOVELAS DE A DURO, 15. JUANTRANSLATE THIS PAGE Juan Gallardo Muñoz, con más de trescientas cincuenta novelas publicadas entre títulos originales y reediciones, es con diferencia uno de los principales autores españoles de bolsilibros de ciencia-ficción, tan sólo superado en número de obras por Luis García Lecha y Enrique Sánchez Pascual. SITIO DE CIENCIA-FICCION Nota del SdCF: Cuando la fecha es la del último día del mes, muy probablemente la organización no haya concretado exactamente cuando anunciará los ganadores y refiere genéricamente el dato trimestre o mes.Conviene consultar la web del organizador para más información. SITIO DE CIENCIA-FICCIÓN Biblioteca. Creando índice. © , UN MUNDO FUERA DEL TIEMPO Esta novela no deja de ser extraña en su concepción y desarrollo. Arranca cuando J. B. Corbell despierta de su sueño criogénico atrapado en el cuerpo de otro hombre. Tras el shock inicial descubre que su mente ha sido rescatada de su viejo cuerpo congelado (comido por el cáncer y destrozado por millones de microscópicas agujas de huelo) para implantarla en el cuerpo de un criminalAY, BABILONIA
Los relatos apocalípticos y postapocalípticos pivotando en el Holocausto Nuclear se pueden contar por cientos, por miles, afortunadamente todos son pura ficción y el grado de verosimilitud de lo que se relata resulta muy dispar. EL MAESTRO DE ESGRIMA Don Jaime Astarloa es uno de los pocos maestros de esgrima que quedan en la España de finales del siglo XIX. El general Prim acecha ya al gobierno de Isabel II y la revolución es el tema de las tertulias de café. Don Jaime, ya avanzado en edad, subsiste dando clases a algunos pipiolos y a su buen amigo Luis de Ayala-Vallespín, marqués de losAlumbres.
SERVIR AL HOMBRE
SERVIR AL HOMBRE, es el título de un capítulo inolvidable de la Dimensión Desconocida (The Twilight Zone), la mítica serie de televisión que llevó la fantasía a límites insospechados, creación de Rod Serling, quien usualmente presentaba los capítulos, muchos de los cuales, correspondían a la ciencia-ficción, tomados de novelas o historias cortas, como el que vamos a comentar. 2001: ODISEA DEL ESPACIO. SEIS NOTAS PARA …TRANSLATE THIS PAGESEE MORE ON CIENCIA-FICCION.COM PUENTE ENTRE ESTRELLAS En un Imperio donde los pobladores o bien son esclavos o salvajes semibárbaros, hay una pequeña minoría, la élite que controla el Imperio, que se desplaza de un planeta a otro mediante una muy poco trabajada, por los autores, entiéndase, tecnología de viajes más rápidos que la luz.EL SUEÑO DE HIERRO
No creo que haya duda sobre la maestría de Spinrad como constructor de novelas. EL SEÑOR DE LA SVÁSTICA está perfectamente planificada de principio a fin, tal y como se intuye en la crítica final de Homer Whipple Si bien se inicia de una forma ordenada y hasta tranquila, poco a poco entra en una espiral cada vez más enardecida de violencia, exaltación racial y reiteración de figuras y LA GRAN HISTORIA DE LAS NOVELAS DE A DURO, 15. JUANTRANSLATE THIS PAGE Juan Gallardo Muñoz, con más de trescientas cincuenta novelas publicadas entre títulos originales y reediciones, es con diferencia uno de los principales autores españoles de bolsilibros de ciencia-ficción, tan sólo superado en número de obras por Luis García Lecha y Enrique Sánchez Pascual. SITIO DE CIENCIA-FICCION Finalistas (Bisol/Terbi, 15/04/2020) Se han anunciado los finalistas para los Premios Hugo de este año, que se darán a conocer durante la 78 WorldCon en Nueva Zelanda.Mejor Novela. THE CITY IN THE MIDDLE OF THE NIGHT, de Charlie Jane Anders; THE TEN THOUSAND DOORS OF JANUARY, de Alix E. Harrow; THE LIGHT BRIGADE, de Kameron Hurley; A MEMORY CALLED EMPIRE, de Arkady Martine SITIO DE CIENCIA-FICCION Boixcar había creado un estilo muy personal, utilizando una base documental realista, a partir de fotografías que eran reproducidas con tramas hechas con una técnica de dibujo a plumilla. Boixcar utilizó esta técnica en El Mundo Futuro substituyendo las fotografías por su propia inventiva. La calidad del resultado le proporcionó merecidas fama y notoriedad. SITIO DE CIENCIA-FICCIÓN Biblioteca. Creando índice. © , SITIO DE CIENCIA-FICCIÓN Finalistas (SdCF, 09/05/2019) La Locus Science Fiction Foundation ha publicado la lista de finalistas de los Premios Locus 2019.Los ganadores se anunciarán durante del 28 al 30 de junio de 2019 en Seattle. Connie Willis dirigirá la ceremonia de entrega de premios.. Finalistas Mejor novela de ciencia-ficción GLOSARIO DE CIENCIA-FICCION Entre los tópicos más frecuentes en la ciencia ficción se encuentran, sin duda, los viajes por el tiempo, de larga tradición en la literatura con anterioridad al surgimiento del género, existiendo precursores tales como Mark Twain, autor de la divertida novela UN YANQUI EN LA CORTE DEL REY ARTURO.Para hacerlos posibles los autores han imaginado diversos métodos, incluyendo algunos tan FRANKENSTEIN; EL NACIMIENTO DE LA CIENCIA …TRANSLATE THIS PAGE La genialidad de Mary fue recoger sus grandes conocimientos sobre la controversia del vitalismo, especular y darles forma de novela. En pocas palabras, inventó la ciencia-ficción. En sus propias palabras: El suceso en el cual se fundamente este relato imaginario ha sido considerado por el doctor Erasmus Darwin y otros fisiólogos animales como no del todo imposible» ARMAGEDDON - MICHAEL BAY - OPINION.VISTOTRANSLATE THIS PAGE Lo mejor que se puede decir de iARMAGEDDONi es que se trata de una película concebida como mero entretenimiento, y en ese sentido funciona a las mil maravillas. Es una eficaz muestra del cine comercial americano, en el que priman la acción, el humor y la aventura a partes iguales. Aunque publicitada como película de ciencia-ficción, lo cierto es que se trata más bien de un híbridoentre
EL LADRÓN CUÁNTICO Historia que transcurre en un futuro semi-apocalíptico en el que las máquinas se han rebelado. De repente, cualquier aparato que contuviera inteligencia artificial decidió que no iba a estar bajo la férula de la humanidad y decidió tomar las de villadiego,despiojarse de
EL INCREÍBLE HOMBRE MENGUANTE EL INCREÍBLE HOMBRE MENGUANTE, una muestra más del espléndido cine de ciencia-ficción que se hacía en los maravillosos años 50 con cuatro perras y buenas ideas. Un tesoro del cine de género. Una obra maestra que entretiene, pero a la vez nos hace reflexionar sobre nuestro verdadero lugar en RUMBO A LO DESCONOCIDO Película de bajo presupuesto que, sin embargo, cubre bastantes de sus carencias con un trabajo voluntarioso de Mark Strong y un guión, que pese a tener las mismas carencias que el presupuesto, mantiene más o menos el tipo hasta el final.*
* Artículos
* Firmas
* Opinión
* Revistero
* Glosario
* MalaCiencia
* Límites
* Literatura
* Autores
* A.T.Q.
* G. H. W.
* L.G.L.
* CF Popular
* Biblioteca
* La Hoguera
* Audiovisual
* Películas
* Cómics
* Series
* PodCast
* Creatividad
* Relatos
* El Serial
* Cortos
* Galería
* Humor
* Información
* Novedades
* Enlaces
* Premios
* QsQ
* Colaboradores
* La Cocina
* Herramientas
* Buscar
* Colaboran
* Mapa
* Ayuda
*
-------------------------* Foro
*
-------------------------* Normal
* Móvil
*
-------------------------* -A
* ·A
* + A
*
*
*
*
* -A
* ·A
* +A
_Última actualización:_ 16 de mayo de 2021 a las 8:08 _Año:_ 25 _Semana:_ 1270 -------------------------Relatos
------------------------- Series Autores Alfabético -------------------------Relatos
Parodias irreverentesImperio decadente
Horizonte Cercano
Historias del AlcaudónAlien Geographic
-------------------------COMO PUBLICAR
-------------------------RELATOS
EL EXPERIMENTO
Mario Gámez Rosales PROCEDIMIENTO DE RUTINA Ramón San Miguel CocaEL REENCUENTRO
Luis Barrera BermejoEL MEJOR AMIGO
Raúl A. López NevadoLA BATALLA FINAL
Jacinto Muñoz Vivas EL COLOR QUE FALTABAHugo José Bano
POLICARPO I, IMPERIO LUNAR, IMPERIO TIERRA Abrahan David Zaracho AvalosSUMA DE HISTORIAS
Marcos Manzanero
COMPAÑEROS DE TRABAJO Luis Barrera BermejoTIC
Abrahan David Zaracho AvalosSEARCHING EVA
Ignacio Regalado
MIAU
Abrahan David Zaracho AvalosMEMORIES
Miguel R. Ghezzi
CASI ÁNGELES
Ruben H. Mileca
LOS INFORTUNIOS DE LA VIRTUDIgnacio Regalado
UNA CUESTIÓN DE DERECHOSRuben H. Mileca
LA CASA
Ruben H. Mileca
UNA DIETA MODERNA
Félix M. Díaz González CONCTACTA COMO PUEDAS Félix M. Díaz GonzálezDEMOCRACIA AVANZADA
Jacinto Muñoz VivasGAIJIN RUNNER
Ignacio Regalado
LA CAÍDA
Jacinto Muñoz Vivas ANOCHECER EN LA PLAYA Ángel Torres QuesadaEL HIPERTRANSDUCTOR
Francisco José Súñer Iglesias LA MODELO MÁS FAMOSA DEL MUNDOIgnacio Regalado
DIARIO DE A BORDO
Ricardo Rodriguez
AMOR EN WINDY 2
Ignacio Regalado
JAQUE MATE
Pilar Barba
PÁJARO EN MANO
Eduardo Gallego
LA NAVE DE LOS CIEGOS Fabián Álvarez López SIRIUS IS NOT FAR AWAY» O LA IMPORTANCIA DEL TRADUCTORDaniel Tasé Guerra
MIENTES TAN BIEN
Silviana Juarez Chalini ATARDECER EN LA PLAYA Ángel Torres Quesada AMANECER EN LA PLAYA Ángel Torres QuesadaEL DERECHO A LEER
Richard Stallman
Y VI UN CIELO SIN ESTRELLAS Fabián Álvarez López FORTALEZA DE INVICTA CASTIDAD Eduardo Gallego Arjona LO OBSOLETO ES MUERTE! ¡LA NOVEDAD ES VIDA! Carlos Alberto Gómez Villafuerte LA ESTACIÓN DE LOS LIRIOS Fabián Álvarez LópezY EL FUTURO?
Matías Valenzuela
NICTURIA
Sitrom Rogir
PROYECTO SEGISMUNDO
José Carlos Canalda Cámara EL CASO DE LA MÁQUINA DEL TIEMPO José Carlos Canalda CámaraVIDAS PARALELAS
Adán Expósito H.
EL VIAJE
Alex P. Cano
7:59 Ó LA REBELIÓN DE LOS PECES Magín Méndez Sanguos HA PILOTADO USTED ALGUNA VEZ UN PLATILLO VOLANTE? Federico Berenguer SuárezSELLADO AL AIRE
Juan Martins
EL HIMNO A LA LLUVIA A LA LUZ DE LOS ÚLTIMOS DESCUBRIMIENTOSARQUEOLÓGICOS
José Carlos Canalda CámaraPASEO VIRTUAL
Mauricio Piñeros GarciaHISTORIAS
Enrique Agudo
EL LUNATICO
Enrique Agudo
DIOS CREÓ ARRAKIS PARA PROBAR A SUS FIELESMarta Marta
LA TRAVESÍA
Francisco José Súñer IglesiasVELOCIDAD DE FLUJO
Adán Expósito H.
EL DILEMA DE HAMLET
José Carlos Canalda Cámara MENSAJES DEL EXTERIOR José Carlos Canalda CámaraUN AMOR IMPOSIBLE
José Carlos Canalda CámaraDEUTERIO
César Sirvent SempereEL HIPERMERCADO
Angel Gabriel Olivo DíazFELIZ CUMPLEAÑOS!
Alfonso Gippini
LA MÁQUINA SOÑADORAAdán Expósito H.
ÁNGEL
Julian Albo
ASESINANDO AL ABUELO GERARDO Francisco José Súñer IglesiasHISTORIA 90
Francisco José Súñer IglesiasHISTORIA 101
Francisco José Súñer Iglesias -------------------------GRANDES ESPERANZAS
Daniel Andueza Gay
SOL DE PLATA
José Luis Díaz MarcosTEMPUS FUGIT
Lorenzo Salgado
LA VILLA
Tristán Centeno M.
DÉJÀ VU
Lorenzo Salgado
STANLEY
Guillermo Doi
HOMO CRETACENSIS
Lorenzo Salgado
VOZ DISTANTE
David Vázquez
UN EXPERIMENTO EN LA CUARTA DIMENSIÓN Baldomero Dugo Navarro BARUK EL DE LOS MIL ROSTROS Ricardo Cortés PapeALF
Ricardo Cortés Pape PREDESTINACIÓN DE LAS NARANJASGuillermo Galli
A-119
José Luis Díaz MarcosENTRELAZAMIENTO
Roberto Rosaleny Aguado INCOMODIDADES DE LA MUERTE Juan Luis Monedero Rodrigo EL OCASO DEL THORBOD Antonio Quintana Carrandi NUESTROS QUERIDOS CUCOS Eduardo Delgado Zahino CONFIGURACIÓN DESCONOCIDA Antonio Quintana Carrandi SALIR ANTES DE ENTRAR José Luis Díaz MarcosPRESIÓN
Magín Méndez Sanguos DIARIO DE MARTE, POR AARÓN G., MECÁNICO Y EVENTUAL ROTULADOR DEASTRONAVES
Ricardo Cortés Pape UNA CONCLUSIÓN EVIDENTE Jacinto Muñoz VivasHORIZONTE FRACTAL
Jose Carlos Cuevas AlbadalejoMARTY
José Luis Díaz Marcos20/07/69
José Luis Díaz MarcosEL MENSAJE
Anselmo Vega JunqueraESQUELAS
Roberto Rosaleny Aguado VIVIREMOS PARA SIEMPREDaniel Frini
SERÁ NUESTRA SUERTE MUDAR DE TIRANOSDaniel Frini
EL ROBOT CIENTÍFICO Anselmo Vega Junquera EL CEREBRO DE LOS ROBOTS Anselmo Vega JunqueraDIAÑO
Magín Méndez SanguosEL PASEO
Magín Méndez Sanguos LOS MUNDOS INFINITOSJosé Luis Loperena
UNIVERSO DE GÖDEL
David Quintero
PRINCIPIO ANTRÓPICO Roberto Rosaleny AguadoEL ESTÓMAGO
Eduardo Delgado ZahinoMARTINA
Juan Méndez
TODOS LOS CLIMAS POSIBLES Aldo Flores QuinterosDESPUÉS DEL COSMOS
José Luis Loperena
NO ESTÁS SOLO
Eduardo Delgado ZahinoDEFECACIONES
Eduardo Delgado ZahinoLA LLAMADA
Roberto Rosaleny Aguado INFORMACIÓN CLASIFICADA Jacinto Muñoz VivasSUEÑOS DE CIUDAD
Leonardo Espinoza BenavidesDE DÓNDE VENIMOS?
Marco Baturan GarcíaEL PROYECTO
Magín Méndez SanguosEL CASTIGO
Ricardo Cortés PapeEL MAGUFO
Eduardo Delgado ZahinoLIFE ON MARS
Pedro Padilla
LA MÁQUINA DE VENCERDante de Marco
LA ERA DE LOS ROBOTS Anselmo Vega Junquera UN JB7... ¿DEFINITIVO? Anselmo Vega JunqueraEL PANEL PRODIGIOSO
Anselmo Vega JunqueraEL ROBOT JB7
Anselmo Vega JunqueraTELETRANSPORTE
Anselmo Vega Junquera UN ÚLTIMO RECUERDO DE MARTHAAdhemar Terkiel
REFLEXIONES DENTRO DE UNA ESFERA PLATEADAAdhemar Terkiel
LA MANSIÓN
Adhemar Terkiel
ESTACIÓN AISLADA
David Quintero
FRAXINUS EXCELSIO
Rocio Sala Espiell
EVOLUCIÓN
Óscar González Uranga EL JUEGO DE LA GUERRA Jacinto Muñoz VivasSIN CONTROL
Jacinto Muñoz VivasEL HOMBRE CON ALAS
Mauricio Del CastilloFIESTA RETRO
Magín Méndez SanguosLOS MÁS HUMANOS
Diego Escobedo
POU
Alexander Afanador AcostaAMPHIMOEA
Raúl A. López Nevado CRONEN Y CREPÚSCULOAntonio Santos
VÍCTIMAS
Antonio Santos
FORMAS DE PASAR EL TIEMPO EN LA CIUDAD DEL ESTE Fabián Álvarez LópezNO HACER NADA
Jacinto Muñoz Vivas UN CUENTO DE MIEDO A LA LUZ DEL FUEGO Eduardo Delgado ZahinoHACIA
David Quintero
LA PREGUNTA CORRECTANieves Delgado
LA CONDENA
Nieves Delgado
LOS LADRONES DE ECTOPLASMA Rafael Guerrero Ríos EL JARDÍN DE MUNDOSDavid Quintero
EL PUÑETERO TRABAJO MÁS IMPORTANTE DE TODO EL JODIDO UNIVERSO Eduardo Delgado Zahino FUENTE DE INSPIRACIÓNAdhemar Terkiel
EL MAQUINISTA
Adhemar Terkiel
LA LÍNEA
Jacinto Muñoz VivasLA CHOCOLATINA
Eduardo Delgado ZahinoLOS CIELOS CLAROS
Eduardo Delgado Zahino SÍNDROME DE LA TIERRA Mauricio Del CastilloCREADOS
Jacinto Muñoz VivasREBELIÓN
David Quintero
EL TURISTA
Jacinto Muñoz Vivas TU VIDA A CAMBIO DE TUS SECRETOS Jacinto Muñoz VivasINEM
Jacinto Muñoz VivasEL RIZOMA PERMANECE
Mauricio Del CastilloEL CHANCHULLO
Eduardo Delgado Zahino EL DESIERTO IMPROBABLE Luisfer Romero Calero ASTRONAUTA EN LA PLAYA Ramón San Miguel CocaNIÑO CENA
Eduardo Delgado ZahinoEL GRAN ATASCO
Carlos de la Cruz GómezAMOR INFINITO
Jacinto Muñoz Vivas EL ENANO QUE CAÍA HACIA EL HORIZONTE Francisco Javier Sánchez Donate LA OTRA ORILLA DEL CREPÚSCULORodrigo Juri
LA NUEVA EDICIÓN
Mauricio Del Castillo DE TORRES, BATAS Y PECES Magín Méndez SanguosLA PRIMERA PREGUNTA
Jesús Poza Peña
DE CAZA
Jacinto Muñoz VivasLARGA VIDA
Jacinto Muñoz VivasCONCIENCIA GLOBAL
Jacinto Muñoz VivasLA ÚLTIMA ORDEN
Jacinto Muñoz Vivas EL PRIMER VIAJE EN EL TIEMPO Ramón San Miguel CocaLA VENGANZA
Jacinto Muñoz Vivas LA ESPERANZA DE BENI Eduardo Delgado Zahino MALDITOS BURÓCRATAS Victor M. Valenzuela LA PENÚLTIMA GUERRA Victor M. Valenzuela LA CAJITA DE MUSICA RADIACTIVA Pablo Montero MartínEL MISMO LUGAR
Darío Larroude ÁlvarezPILGORS Y RANCORS
Luis Antonio Bolaños de la CruzQUERIDO NIETO
Jesús Poza Peña
EL HOMBRE NEGATIVO
Mauricio Del Castillo UNA ENTRE UN MILLÓNRodrigo Juri
FALTA DE FE
Jacinto Muñoz Vivas UNA FANTASÍA INFANTIL Antonio Quintana CarrandiLOS ETERNOS ROLES
Balint Feri
SOLUCIÓN SATISFACTORIARicardo Manzanaro
NO MIRES HACIA ATRÁSGuillermo Galli
RAZA SUPERIOR
Guillermo Galli
EL NUEVO PRESIDENTE
Eduardo Delgado Zahino INTERCAMBIO DE GERARDOS Eduardo Delgado Zahino EL INCIDENTE CON/DE TIMMY O´TOOLE Francisco Javier Sánchez DonatePSICÓPATA
Pablo Montero Martín LA MÁQUINA TEMPORAL PROPULSADA POR IAM Luis Antonio Bolaños de la Cruz EL HONOR DE MIS ANTEPASADOS Jacinto Muñoz VivasENCUENTRO...
Luis Antonio Bolaños de la CruzLA JOYA DEL ESPACIO
Darío Larroude ÁlvarezEL TERCER SECRETO
Mercedes Torija
LA MALA SOMBRA
Jacinto Muñoz VivasEL MOMENTO FINAL
Jacinto Muñoz VivasSOLDADOS
Alejandro Suárez MascareñoSINDRA
Ruben H. Mileca
Y VENDERÉ MI ALMA CUÁNTICA Jacinto Muñoz Vivas EL EXPERIMENTO QUE NOS DIO FAMA Y FORTUNA Ramón San Miguel CocaMEMORANDO CATHERDAM
Javier Gutiérrez
NONSTOP
Guillermo Doi
ESPERANZA Y DESESPERANZA ENTRE EL POLVOGemma Edo
EL ASESINO
Marcos Manzanero
VIAJE ENAMORADO
Blanca Dayane Castro López LLEGA EL CANSANCIO, LLEGA EL HOGARGemma Edo
A VECES LE GUSTA RECORDARGemma Edo
ALMAS ENTRE LAS ESTRELLASGemma Edo
AS DE OCCIDENTE
Jacinto Muñoz VivasASIMO
Josué Ramos
ELECCIÓN
Guillermo Doi
MI HERMANO, EL HÉROE Ramón San Miguel CocaSUEÑO ROTO
Antonio Quintana Carrandi PEQUEÑA HISTORIA DE AMOR Eduardo Delgado ZahinoLA REBAJA
Anselmo Vega JunqueraLA RESPUESTA
Jacinto Muñoz VivasESPERANDO A ERNESTO
Eduardo Delgado ZahinoEL ÚLTIMO VIAJE
Anselmo Vega Junquera CALENTAMIENTO GLOBAL Jacinto Muñoz Vivas INTERBRAIN, LA ÚLTIMA CUESTIÓNLuis Congil
ELECCIONES SEGÚN EVERETT Luis Antonio Bolaños de la Cruz METAMORFOSIS CREATIVAAdhemar Terkiel
JUSTICIA
Jacinto Muñoz Vivas POR FIN ESTABA EN MARTE Eduardo Delgado ZahinoEL ROBOT ZURDO
Anselmo Vega Junquera COMO CAIDO DEL TIEMPOAdhemar Terkiel
IQUEST;POR QUÉ ESTAMOS EN GUERRA?Adhemar Terkiel
CONSCIENCIA IRREVERSIBLE Luis Barrera Bermejo ROBINGRANDSON CRUSOE Anselmo Vega Junquera UNA ALTERNATIVA DIFERENTEAdhemar Terkiel
LA ERA DE MATUSALÉNAdhemar Terkiel
INCONQUISTABLES
Luis Antonio Bolaños de la Cruz DE PASEO POR EL PARQUELuis del Barrio
EL DÉCIMO PIONERO
Anselmo Vega JunqueraMAMA 13
Luis del Barrio
LOS CAZADORES
Anselmo Vega Junquera LA INAUGURACIÓN DEL TÚNEL Félix M. Díaz González LIDIA Y LOS HOMBRES FEOS Ramón San Miguel Coca NO TENGO MENTE Y ME PREGUNTO POR QUÉ Antonio Sanmartín AtienzaHOY POR LA MAÑANA
Sandra Becerril RobledoEL ENCUENTRO
Anselmo Vega JunqueraCEREBRO MENTOR
David Mateo Escudero PARODIAS IRREVERENTES UN FACTOR IMPREVISTO José Carlos Canalda Cámara VIAJE ¿AL CENTRO? DE LA TIERRA José Carlos Canalda CámaraENÉSIMA FUNDACIÓN
José Carlos Canalda Cámara CUESTIÓN DE PRIORIDADES José Carlos Canalda CámaraETERNAS
Manuel Nicolás Cuadrado LOS ¿NUEVOS? BRUJOS José Carlos Canalda CámaraSTAR GELD
Jorge Romo
EL MONOLITO
José Carlos Canalda Cámara EL CHAFADO HOMBRE MENGUANTE José Carlos Canalda Cámara LA GUERRA DE LOS MUNDOS Raúl A. López NevadoSUPERINFRACTOR
José Carlos Canalda Cámara PRIMERA Y ÚLTIMA FUNDACIÓN Félix M. Díaz GonzálezRENOVARSE O MORIR
José Carlos Canalda Cámara LA BELLA DURMIENTE DEL ASTEROIDE José Carlos Canalda CámaraLA METAMORFOSIS
José Carlos Canalda CámaraSUPERGERIÁTRICO
José Carlos Canalda CámaraSTAR ¿QUÉ?
José Carlos Canalda Cámara CREACIÓN INCOMPLETA José Carlos Canalda CámaraMACHISMO
José Carlos Canalda CámaraPLAFMAN
José Carlos Canalda CámaraIMPERIO DECADENTE
EL SACRIFICIO DEL ASCETA Luis Antonio Bolaños de la Cruz DÓNDE SE MARCHARON LAS OLAS? Luis Antonio Bolaños de la Cruz APOROFOBIA Y DESIDERÁTUM Luis Antonio Bolaños de la CruzMAGISTRADOS
Luis Antonio Bolaños de la CruzRUGPLUGG
Luis Antonio Bolaños de la Cruz REPRESENTACIÓN PURGADA Luis Antonio Bolaños de la CruzLA DUDA
Luis Antonio Bolaños de la Cruz SOLITARIO EN TRANSICIÓN O EL IMPERIO YA NO LAS TIENE TODAS CONSIGO Luis Antonio Bolaños de la CruzSIMBIOSIS
Luis Antonio Bolaños de la Cruz EL CANTO DEL ANDROIDE Luis Antonio Bolaños de la CruzLÍNEA DE POESÍA
Luis Antonio Bolaños de la CruzRECLUTADOR
Luis Antonio Bolaños de la CruzLA METAMORFA
Luis Antonio Bolaños de la CruzHORIZONTE CERCANO
TELARIA, LOS TORENGARS Y LA INMOLACIÓN Luis Antonio Bolaños de la Cruz PANTALLA DE ÉXTASIS O NO HAY INMORTALIDAD PARA LOS GROSEROS Luis Antonio Bolaños de la CruzEL OTRO NOÉ
Luis Antonio Bolaños de la Cruz LING CHI O LA CONVERSIÓN Luis Antonio Bolaños de la CruzBELLA DURMIENTE
Luis Antonio Bolaños de la Cruz NARCISO EN EL HUEVO 103 Luis Antonio Bolaños de la Cruz MIGRANTES O REBELDES...? HE AQUÍ EL DILEMA Luis Antonio Bolaños de la Cruz HISTORIAS DEL ALCAUDÓNDIES IRAE
José Carlos Canalda CámaraVADE RETRO
José Carlos Canalda CámaraARS AMANDI
José Carlos Canalda CámaraNEC HIEDE
José Carlos Canalda CámaraEPPUR SI MUOVE
José Carlos Canalda CámaraALEA JACTA EST
José Carlos Canalda CámaraVANITAS VANITATIS
José Carlos Canalda CámaraALIEN GEOGRAPHIC
LAS GUERRAS MUTANTES Manuel Nicolás CuadradoVERANO DE 2003
Alfonso Merelo
EL BECARIO Y EL CENTAURO Manuel Nicolás CuadradoEL QUE SABE ESPERAR
Manuel Nicolás Cuadrado LA GUERRA Y LA PLAGA Manuel Nicolás CuadradoCOMBATE DE ANTENAS
Manuel Nicolás Cuadrado EN EL PAIS DE LOS CIEGOS Manuel Nicolás Cuadrado EL MENSAJE DE ARTAPANE Francisco José Súñer IglesiasPRESENTACIÓN
Francisco José Súñer Iglesias LA MÚSICA DE A´CLA Francisco José Súñer Iglesias PROCEDIMIENTO DE RUTINA Ramón San Miguel Coca Tiempo estimado de lectura: 23 min 58 seg Entraron todos en fila, silenciosos y asustados, acompañados por dos agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado armados hasta los dientes, que no dejaron de apuntarles con sus fusiles de asalto en ningún momento. Julián Ramos, el tercero de la fila, contempló la austera sala donde les habían metido. Por más que sabía que él estaba limpio, que no tenía por qué pasarle nada, fue notando que el pánico se le agarraba a los intestinos. Era una estancia no muy grande, iluminada por fluorescentes que emitían una luz blanca, aséptica, que le recordaba mucho las antiguas salas de espera de los hospitales del siglo XX. No muy grande, y prácticamente sin mobiliario, excepto los típicos y horribles asientos de plástico barato de un naranja chillón que se disponían contra las paredes de azulejo, donde la paranoia de Julián le hacia distinguir los rastros no del todo borrados de antiguas manchas de sangre. La alrededor de docena y media de hombres y mujeres que acababan de entrar con él miraban también con aprensión a su alrededor, tratando de hacerse a la idea de lo que les esperaba. A un gesto de uno de los agentes se sentaron en las filas de sillas, sin decir nada. Mientras se distribuían por los asientos, cada uno de los agentes se dispuso de pie, con las piernas separadas, y el fusil terciado y listo para disparar al menor gesto, al lado de cada una de las puertas de seguridad blindadas en acero, desde donde no perdían de vista anadie.
—Ya conocen el procedimiento. Permanezcan sentados y quietos, por favor, hasta que sean llamados por su nombre. Tenemos orden de disparar al menor movimiento hostil —les informó uno de los agentes, que lucía el emblema de cabo en su casco. Los policías eran unas figuras impresionantes y temibles, de casi dos metros de altura cada uno, con su uniforme negro, su armadura de duraplastico ablativo, su casco con visor y mascarilla que les cubría completamente la cabeza haciéndoles parecer robots inhumanos... Su cinturón estaba lleno de siniestros objetos como esposas, porras eléctricas, funda pistolera y, sí, también granadas. Llevaban tanto trasto encima, que era totalmente imposible discernir a primera vista si debajo de tanta armadura y armamento eran hombres o mujeres. Julián sabía que era inútil tratar de luchar contra ellos, pues estaban entrenados para matar incluso sin necesidad de armas, y, en el improbable caso de que llegaran a apoderarse durante una hipotética lucha de alguna de sus pistolas o granadas, no podrían hacerlas funcionar. Estaban diseñadas para responder ante la _firma genética_ de su propietario, para lo que tenían una pequeña aguja casi imperceptible en su empuñadura capaz de atravesar los guantes y conectarse a la carne, nadie más podía usarlas sin que estallaran en sus manos. Por supuesto, ni pasó por su cabeza hacer algo parecido. Aunque Julián Ramos de la Flor ya había pasado antes por este proceso, y sabía que volvería a pasar por él otras veces, estaba muy tenso y angustiado. Tenía todo el aspecto de un ejecutivo cuarentón acomodado, no muy alto, algo barrigón, que aún conservaba su cabello moreno pero con un elevado porcentaje de canas, y que luchaba por conservar un aspecto físico agradable. Pero en estos momentos distaba de estar cómodo con su imagen: sentía que el sudor corría por su frente, cayéndole por los párpados y notaba su camisa empapada por la transpiración. Sin embargo no se atrevía a moverse ni siquiera para pasar un pañuelo por su cara. A saber lo que los agentes podían considerar _movimiento hostil._ No era la primera vez que contemplaba morir a alguien bajo el fuego de los agentes simplemente por levantarse nerviosamente sin haber sido requerido a ello. Había dejado su maletín a un lado, y no se atrevía a cogerlo ni, mucho menos, abrirlo. Se había sentado en una esquina, y desde allí contempló a los demás compañeros, nerviosos, muy nerviosos, tanto o más que él, y sin osar tampoco moverse... La mujer que estaba a su lado, una joven de unos veinticinco o veintiséis años, muy linda, de llamativos ojos grises y con una preciosa cabellera morena, estaba tan mal anímicamente, que Julián se arriesgó a hablar con ella. Al fin y al cabo, no lo habían prohibido expresamente. —Tranquila, no pasa nada. Es pura rutina —dijo en un tono que intentó sonara normal, pero que le salió un tanto estrangulado. El agente más próximo volvió unos milímetros la cabeza, pero no dijo nada. Julián suspiró, con un cierto alivio—. ¿Es la primera vez que te aplican el Procedimiento...? La chica asintió, con agradecimiento en la mirada. —Si, por eso estoy tan nerviosa. ¿Es verdad lo que se dice de él? —No creas todo lo que te dicen. Ya verás como todo va muy bien. —Es que estoy aterrorizada... ¿Y si no lo consigo? Julián no dijo nada. ¿Qué podía decir, si hasta él mismo, con toda su experiencia, se encontraba temblando de miedo? No llevaban en la sala mucho tiempo, cuando comenzaron a llamarles. Por la puerta opuesta a la que habían entrado apareció un controlador, un hombrecillo casi calvo, bajito y con gafas que vestía una bata blanca y llevaba un cuaderno electrónico en la mano, seguido por varios agentes igual de armados que los que les vigilaban. Empezó a llamarles por sus nombres, siguiendo el orden alfabético, utilizando para ello una voz sorprendentemente alta y profunda, que sonaba muy amenazadora. A medida que los aludidos se iban identificando, el hombrecillo hacía una marca en el e-bloc, mientras un agente de seguridad se hacía cargo de ellos y los hacía pasar sin miramientos al otro lado de la puerta blindada. Su nombre estaba casi al final de la lista, y pudo ver como uno tras otro sus compañeros eran engullidos por aquella especie de boca ansiosa hacia lo que les aguardaba más allá. Rostros desencajados, hombros caídos, pies arrastrados... Ningún agente les empujó, ni les golpeó, pero el hombrecillo tuvo que apremiar a alguno de ellos. La joven fue una de las primeras en ser llamadas, y su rostro suplicante parecía pedir una ayuda que Julián estaba lejos de poderdar.
Inevitablemente su turno también llegó. Su nombre sonó como una sentencia fatídica, mortal, o eso le pareció. Se levantó intentando aparentar dignidad y serenidad, pero cuando su escolta se puso detrás de él desapareció todo atisbo de control y volvió a convertirse en un animal asustado al que llevaban al matadero. Avanzó con paso inseguro. Le temblaban las rodillas. Al otro lado de la puerta, un pequeño distribuidor llevaba a varias estancias, y en una de ellas fue introducido sin miramientos. Un cuartito de paredes oscuras, con una mesa severa, minimalista, y una solitaria silla por todo mobiliario, le aguardaba dentro. El asiento lo ocupaba otro de los hombres de bata blanca, casi un clon del anterior, que al parecer se hallaba enfrascado en el cuaderno electrónico que tenía sobre la mesa. Dispuestos detrás de él estaban los siempre presentes agentes de seguridad, distribuidos de forma que cubrieran la salita sin que el posible fuego les alcanzara a ellos o al controlador. —Señor Ramos, este es un procedimiento de rutina, no se preocupe— dijo el hombrecillo. Julián torció el gesto, como si él no supiera de qué iba aquello, a estas alturas... El hombre levantó la vista del e-bloc, y reparó en el pequeño maletín que Julián aferraba nerviosamente en su mano. —¡Pero que demontre...! —exclamó, lo que tuvo la virtud de que los colosos armados que estaban tras él se dispusieran en inmediata alerta, apuntando directamente a la cabeza de Julián— ¡Cierre de seguridad! —ordenó, y las puertas de la sala quedaron bloqueadas con un espantoso ruido metálico— ¡Ese maletín queda confiscado de inmediato! ¿Pero no ha sido advertido, hombre de Dios, de que está prohibido traer aquí ese tipo de objetos? —Son documentos importantes... Yo creía... Mírelo usted mismo —dijo Julián. Y comenzó a abrir el maletín con un gesto nervioso. Click clack! ¡Click clack! ¡Click clack! El sonido de los fusiles de los agentes al ser armados le detuvo en seco en su gesto. Muy tarde comprendió su error. Su cara se tornó pálida, y por un momento estuvo a punto de desmayarse. —¡Quieto, insensato! ¿Qué pretende hacer? —gritó el de la bata, levantándose de un brinco— ¡Deje inmediatamente el maletín en el suelo, con el máximo cuidado...! Despacio... así... —mientras un aterrorizado Julián hacía lo que se le ordenaba, uno de los agentes se acercó y, sin dejar de apuntarle sosteniendo el fusil de asalto con la mano izquierda, se agachó a recoger la pequeña valija. Un compartimento metálico se abrió en una de las paredes, y el agente de seguridad, con un gesto relampagueante, la introdujo en el hueco demostrando gran habilidad, producto sin duda de muchas horas de entrenamiento. Unos chorros de plasma ardiente surgieron de la base del hueco y la incineraron en un microsegundo, desintegrándola junto con todo su contenido ante la mirada horrorizada de su dueño. —¡Es usted un loco inconsciente! —le reconvino el hombrecillo, también bastante alterado por lo sucedido—. ¿Es que quiere que lematen?
Julián se sentía incapaz de decir absolutamente nada. Su terror por lo que podía haber pasado le tenía totalmente paralizado. ¿Cómo había podido cometer aquel tonto error? Ahora seguro que le aplicaban el Procedimiento Especial... El controlador volvió a sentarse, ajustándose los lentes. Anuló el cierre de seguridad, y la puerta se desbloqueó con otro sonoro clang! Su rostro, más severo que nunca, se dirigió a los datos que aparecían en la pantalla del cuaderno. —Con ustedes hablaré más tarde —siseó sin dirigirse a nadie en concreto, pero el crujir inquieto de las armaduras de los agentes hizo comprender a Julián que no confiscarle previamente el maletín también supondría para ellos problemas, probablemente muy graves... — Bien, dejemos este incidente por el momento señor Ramos. Veamos. Usted se llama Julián Ramos de la Flor. Trabaja como Director Comercial en una empresa de suministro de materiales de protección pasiva contra incendios... ¿Es así? —S... sí, sí —atinó a responder haciendo un supremo esfuerzo—. S... son materiales especiales para proteger estructuras, hacer sellados de huecos de paso de inst. —Basta —la voz del tipo sonaba irritada—. No nos interesa de momento cual es exactamente su trabajo. Está bien. Procederemos ya, andamos cortos de tiempo. Desnúdese, señor Ramos. Y rápido. Esta vez Julián no dijo absolutamente nada. Con movimientos bastante torpones se fue quitando su indumentaria y dejándola caer a un lado: chaquetilla, corbatín, camisa floreada, pantalones, ropa interior... —Los zapatos también, ¡vivo! Y todo lo que lleve encima: reloj,cadenitas.
—No he traído adornos. —Bien, ¡bien! —dijo el hombrecillo. Hizo una anotación en el cuaderno—. Así que ha venido preparado ¿eh, listillo? —¡No, no es eso! ¡Es que...! —No importa. ¡Venga, acabe de una santa vez! Unos instantes después, Julián se encontraba completamente desnudo. Sus ropas yacían en un montón a su lado, pero fue por poco tiempo. El mismo agente de antes se acercó, sacó un pequeño aparato de su repleto cinturón y lo pasó por encima un par de veces. Una lucecita brilló en color verde, así que recogió la ropa con mucho cuidado, como si fuera lo más peligroso del mundo, y la arrojó al desintegrador de plasma. Julián ya se lo esperaba, y suspiró, alegrándose de que la ropa que llevaba para la ocasión no fuera la mejor que tenía, precisamente. El tipo de la bata hizo unas anotaciones en su cuaderno, las grabó y se lo presentó a Julián. —Firme este pliego de descargo. Vamos, no tenemos todo el día. Julián leyó el breve texto, aunque ya sabía lo que decía. En él se exculpaba a quien fuese de los daños que podía sufrir el sujeto durante el Procedimiento, incluyendo la muerte. Estampó su firma electrónica, a ver que otra cosa podía hacer. A partir de ese momento, podían golpearle, mutilarle e incluso matarle y nadie resultaría acusado de nada, ni él, o sus herederos, tendrían posibilidad de reclamar indemnización alguna. El hombre mandó un mensaje por su sistema interno de correo, y unos instantes después aparecía un auxiliar cargado de varias máquinas de rapar y afeitar. Con sumo cuidado, y ante la atenta mirada de los agentes, procedió a cortar su pelo a fondo, para terminar rasurando su cabeza hasta dejarle completamente calvo. Mientras le pelaban, pensó en la hermosa cabellera morena de la chica, que sin duda estaría sufriendo el mismo destino que la suya... Bueno, volvería a crecer. Tras afeitarle el cráneo, el auxiliar le aplicó una crema que, en principio, le pareció refrescante, pero que unos instantes después le hizo ver las estrellas, por el picor que producía. Se mordió la lengua para no gritar. No les daría esa satisfacción. Al rapado del pelo siguió el depilado concienzudo de los brazos, torso y piernas, incluso los genitales. Durante todo este tiempo, y a pesar del dolor, Julián se mantuvo impávido, firme, pero deseando que todo acabara de una maldita vez. Finalizada ya su labor de depilado, el auxiliar le tendió una bata verde de las que se amarran por la espalda, como las de los hospitales. El pelo cortado fue barrido y recogido por el lacayo, y siguió el mismo camino que la ropa y el maletín, excepto unos mechones que fueron guardados en una bolsita adecuadamente etiquetada. Cumplido su deber, el controlador y el auxiliar desaparecieron rápidamente por la puerta, siendo sustituidos a los pocos instantes por un hombre alto y delgado con el uniforme negro de oficial de Seguridad: guerrera de fibra resistente a las balas cruzada por el correaje de ordenanza, pantalones de la misma fibra y botas altas negras hasta la rodilla, pulcramente abrillantadas. Sus manos las llevaba enfundadas en guantes muy finos, también negros. No llevaba armadura de combate, y en vez de casco se tocaba la cabeza con una gorra de plato con el fascio y la espada cruzados, el símbolo tradicional de las fuerzas de Seguridad, y su único armamento era una siniestra pistola que llevaba enfundada. Tendría unos cuarenta años, y en su rostro campaba un fiero bigote negro de grandes guías sobre una boca de labios finos y crueles. A pesar de la iluminación artificial, el hombre llevaba gafas oscuras, seguramente para impresionar a sus víctimas. Entró acompañado de un técnico, un hombrecillo regordete y sudoroso que portaba una maleta, que, al abrirla, desplegó una pantallita y varias antenas y sensores que apuntaron automáticamente hacia Julián. El oficial, con rango de capitán a lo que pudo dilucidar Julián por sus insignias, comenzó a hablar sin más preámbulos, consultando su e-bloc. —A ver, usted es Julián Ramos de la Flor, ¿no? Cuarenta y tres años, reside en Madrid capital, está casado a la forma tradicional, es decir con una mujer. El nombre de su cónyuge es María Teresa, y tiene tres hijos... dos varones, Julián de diez años y Francisco Javier de seis, y una hembra, María Teresa, de ocho... Trabaja usted en Firemat, una empresa de Protección Pasiva contra Incendios... Caray! Pero no es bombero, ¿verdad? —No, no, ya se lo dije a su compañero... suministramos materiales especiales para la construcción, como placas y morteros para protección de estructu. —Si, si, ya —interrumpió el oficial con un gesto—. Espere... si, aquí hay algo al respecto y... ¡vaya, vaya, vaya! A lo que veo usted estuvo involucrado en el incendio de la torre Windstar... —su aparente amabilidad se desvaneció como por ensalmo. Ya salió eso otra vez, pensó para sí Julián. Siempre le preguntaban, siempre sacaban a relucir ese tema. ¿Es que iba a perseguirle toda la vida? El pavoroso incendio se había declarado en la emblemática torre, orgullo de la ciudad, hacía ya como ocho meses. Una noche un tipo consiguió ganar acceso al edificio burlando todos los sistemas de seguridad y, una vez allí, se inmoló con gasolina en una de las plantas intermedias, precisamente la que tenía mayor carga de fuego, iniciando un incendio que poco a poco fue devorando las cincuenta plantas sin que los bomberos, en épica lucha, pudieran hacer nada para detenerlo. Hubo siete muertos, entre los bomberos y el personal del edificio, y casi una cincuentena de heridos durante la evacuación, y gracias a que de noche no trabajaba demasiada gente... El edificio no se derrumbó, pero fue declarado en ruina y derribado poco después, abriéndose una investigación en la que el propio Julián fue llamado a declarar, ya que había estado en el edificio varias veces antes del incendio. —Estuve, si, pero declarando sobre sus sistemas de protección estructural, que, por cierto, eran nuestros, recién acabados de instalar. Funcionaron perfectamente, evitando el colapso del edificioy.
—Ya. Deje su propaganda comercial ahora, no nos impresiona. Seamos claros, señor Ramos... ¿qué organización terrorista le pagó para obtener los datos de protección contra incendios del edificio? ¿Qué relación le unía a usted con el tipo que se quemó a lo bonzo? —¡Pero que dice! Ninguna... No conocía a ese hombre, y por supuesto, no se nada de ninguna organización. ¡Mi relación fue puramente comercial con los dueños del edificio! Seguro que usted está informado que al cabo la investigación realizada demostró que el hombre actuó por una venganza laboral. Acababa de ser despedidoy….
—Bueno, al parecer tiene razón... —gruño el oficial, molesto tras comprobar que lo que Julián decía coincidía con sus datos—. Bueno, pues prosigamos con el Procedimiento. Ahora vamos a hacerle unas pocas preguntas. Por favor, es muy importante para usted que nos responda con total sinceridad. Si nos miente, lo sabremos, y entonces... —no dijo más, no hacía falta. Julián tragó saliva. Estos interrogatorios le ponían siempre tan nervioso que no podía pensar claramente—. Ahora, yo haré las preguntas y usted responderá de forma breve y concisa. No queremos que se extienda eh? Ya se ha explayado bastante. Un _si_ o un _no_ serán más que suficiente ¿Comprende? —Bueno, yo no se que más puedo decirles y. A la señal del oficial, uno de los agentes, situado detrás de él, le golpeó en el hombro con su porra eléctrica. La sorpresa, más que el súbito dolor, le hizo gritar. —¡ ¿Es que no me ha entendido?! —le gritó el capitán a Julián—. ¡Responda sí o no!—S... sí.
—Eso está mejor. Vamos a ver... ¿conoce o ha tenido contactos con miembros el Grupo Revolucionario Islamista de la Jihad? —¿Eh? No, no, claro que no... yo nunca. Un nuevo golpe se abatió sobre su costado, haciéndole doblarse. Notó como le venían varias arcadas, pero contuvo sus ganas devomitar.
—¡Cállese! Por su bien es mejor que no añada nada a las respuestas... —volvió a advertirle el de seguridad, impacientándose cada vez más—. ¿Conoce o ha tenido contactos con miembros de las Brigadas de la Revolución de octubre?—No.
—¿Conoce o ha tenido contactos con miembros de E. T. A. (renacida)?—No.
El interrogatorio prosiguió, en términos parecidos, repasando todo un listado de organizaciones presumiblemente terroristas, revolucionarias o simplemente criminales de las que Julián apenas había oído hablar. A cada pregunta, y con cada respuesta negativa suya, el técnico asentía y anotaba algo. Luego salió el tema de su afiliación política. Resulta que Julián no estaba afiliado a ningún partido, lo que le valió una mirada despectiva del oficial. —¡Bah! Seguro que es porque tiene tratos con alguno de esos grupos políticos clandestinos que pretenden derribar nuestra democracia.No es así?
—¡NO! —casi gritó Julián, exasperado— Le juro que aunque jamás he pertenecido a ninguna organización política, soy un convencido demócrata... seguro que en mi archivo consta que no he faltado a ninguna convocatoria a las urnas... Vaya, si hasta me ha tocado ser vocal en una mesa electoral... —Julián habló muy rápido. Aguardaba un nuevo golpe en cualquier momento de su perorata, pero éste no se produjo. Al parecer, el oficial esperaba una respuesta larga en esta ocasión. —Si, es verdad —confirmó, consultando sus notas—. Entonces ¿no pretende usted la desestabilización de nuestro país? ¿O la extorsión a empresarios? No me diga que no ha practicado el soborno con miembros de la Administración. —Pues claro que no... ¿Por quien me han tomado? —Julián había comenzado a enfadarse, e iba a proseguir lanzando invectivas, cuando fue bruscamente detenido al recibir un nuevo golpe en la cara por parte del agente, que casi le derribó al suelo. Empezó a sangrar abundantemente por el labio, notó en la boca su sabor metálico y salado, y observó como su bata se manchaba de rojo oscuro. —Ya no le advertiremos más, señor Ramos. La próxima vez saldrá peor parado. Considérelo cuidadosamente antes de insolentarse otra vez. Está bien, sigamos. No quiero más interrupciones. Siguieron con las creencias religiosas. Cuando respondió que no tenía ninguna en especial, y ante el asentimiento del técnico, el oficial pareció complacido, y lo anotó mientras murmuraba algo casi ininteligible sobre los fanáticos religiosos de todo tipo... A continuación, el oficial comenzó a preguntarle por su familia y sus actividades. En su e-bloc debía tener un registro completo de Julián e iba cotejando las respuestas con la información que tenía, en añadidura a las actividades de detección de mentiras, que era lo que Julián se figuraba que hacía el ayudante con su aparato. Cuando terminaron con su familia, lo que les llevó varios minutos pues tenía muchos primos y parientes lejanos —incluso le preguntaron por algunos que ni siquiera recordaba— prosiguieron con sus amigos, luego con sus compañeros de trabajo, especialmente su jefe... Fue un interrogatorio muy exhaustivo que el pobre hombre soportó completo de pie, sin moverse, con todo el cuerpo dolorido por los golpes y en un estado de absoluta tensión. Hubo un momento bastante difícil cuando salió aquello de las drogas del hijo de uno de sus amigos con los que chateaba por la red, pero se solventó sin más problema al responder que él no había tenido nada que ver... y que ni siquiera hablaba con él desde hacía mucho tiempo. El oficial pareció satisfecho, y la cosa no pasó a mayores. Entonces empezaron con Internet y las páginas, blogs, y foros en los que entraba habitualmente. Lo tenían todo controlado... suspiró. Por suerte a él no le había dado nunca por entrar en páginas porno o de gente comprometida en algún tipo de lucha política o religiosa. El oficial dio por terminado el interrogatorio, cerró su e-bloc, y selevantó.
—Bien. Aquí hemos terminado. Pase ahora por el pasillo de color verde. No se entretenga, vamos. Uno de los agentes le empujó hacia la puerta de la salita. En el pasillo se encontró con algunos de sus compañeros, todos con su bata, todos pelados y depilados, como él. Observó que alguno lucía moratones en cara y brazos, ojos a la funerala, alguna brecha en la cabeza... al parecer lo habían pasado peor que él. El pasillo se bifurcaba, uno de los ramales con las paredes pintadas de verde clarito, el otro de rosa pálido. Julián y la mayoría de sus compañeros fueron empujados por el verde. Sólo unos pocos de ellos se desviaron por el rosa, entre los que se encontraba la joven con quien había hablado en la Sala de espera, completamente muerta de terror, y entonces... —¡No, no! —comenzó a vociferar uno de los que se desviaban por allí—. ¡El Procedimiento Especial no...! El agente que les acompañaba no dudó, y silenció al alborotador con un golpe de su arma en el cráneo. El infeliz cayó al suelo como una piedra. De su cabeza comenzó a manar la sangre... Mientras se alejaba, pudo oír la mecánica voz del agente hablandopor su comunicador.
—Tenemos un herido. Posible fractura de cráneo con salida de masa encefálica. Manden un médico y una camilla... Julián meneó la cabeza. Para aquel pobre hombre se había acabado todo. Del hospital no le libraba nadie. ¿Y luego? ¿Lo devolverían a su casa? A saber... Bueno, al menos él mismo se había librado del Procedimiento Especial, lo que no era poco dado error cometido con el maldito maletín. ¡Pero que rematadamente idiota había sido! Cada vez que se acordaba, le entraban escalofríos y ganas de abofetearse a sí mismo, por bobo. Los agentes de seguridad les hicieron caminar a un paso muy vivo. Julián notaba la frialdad del suelo de losa en los pies, pero por suerte en esta ocasión el suelo estaba bastante limpio y sus plantas no sufrieron más percance que enfriarse ligeramente. Esperaba no constiparse... sonrió para sí con amargura, al darse cuenta de lo que estaba pensando. Realmente lo que esperaba era poder salir vivo y razonablemente intacto de allí. El recorrido fue breve, y de nuevo fueron todos separados. Julián fue conducido esta vez a una especie de sala médica, como un quirófano, donde encontró al típico cuasi-clon de la bata blanca, y a sus perros guardianes de seguridad. La habitación parecía un quirófano y Julián estaba convencido de que la habían diseñado para producir el terror más absoluto. Toda clase de aparatos electrónicos, sensores, y máquinas convergían, como flechas apuntando a una diana, hacia una plataforma central que estaba cubierta por una sábana inmaculadamente blanca y con una almohada pequeña que no daba ninguna esperanza de confortabilidad. —Señor Julián Ramos, ¿no? —preguntó el hombrecillo con una sonrisa nada tranquilizadora— No nos gustaría equivocarnos de persona... Anteayer matamos a un inocente por culpa de un error en un envío de correo electrónico... ¡como los datos no coincidían...! —soltó una breve carcajada. —Si, yo soy Julián Ramos —respondió lo suficientemente alto como para ser oído. Sólo le faltaba dar con un sádico con sentido del humor... comenzó a temblar incontroladamente, lo que no parecióimportar a nadie.
—Pues nada, hala, quítese la bata y túmbese allí —señaló con el _stylo_ de su cuaderno electrónico hacia la plataforma. Julián hizo lo que le ordenaban. Uno de los agentes le amarró fuertemente con correas a la camilla. Gimió. —Serán sólo unos minutos, así que relájese y disfrute —comentó con sorna el controlador. Primero le midieron, luego le pesaron y le tomaron otras medidas... —Está demasiado gordo para su altura, señor Ramos. Sería mejor para su salud si hiciera dieta, o algo de ejercicio... —fue el sarcástico comentario del encargado. Se acercó a él, y le examinó. El hombrecillo le auscultó, luego le hizo abrir la boca, le contó los dientes, le examinó los párpados por el interior, y el conducto auditivo. Son un bastoncillo, sacó muestras de cerumen y las introdujo en una bolsa, que selló. —Tiene los oídos muy sucios... —comentó, como por descuido. Pero Julián sabía que no era un comentario vano. Analizarían el cerumen hasta la última partícula, claro—. Ahora muerda esto con fuerza. Le pusieron en la boca un bloque plástico, para obtener el molde de su dentadura. Luego fue escaneado y los datos así obtenidos se incorporaron al archivo del ordenador. Prosiguió una exhaustiva toma de muestras, tanto de sangre, como de saliva, orina y heces —eso fue especialmente desagradable, ya que tuvieron que introducirle una sonda por el recto—. Cada muestra fue cuidadosamente etiquetada y metida en un aparato analizador. Le tomaron la tensión, y le fotografiaron desde todos los ángulos imaginables. Luego hicieron lo mismo, pero con rayos X, infrarrojos,ultrasonidos...
—Parece que está usted limpio, señor Ramos. Bien, bien... Ya está, puede levantarse... ¡Huy, que tonto! Si sigue amarrado... —hizo un gesto a uno de los agentes, que le soltó con alguna brusquedad — Ahora ya puede. Julián se levantó con un gran esfuerzo. Se notaba aletargado y se le había dormido una pierna. También le dolía todo el cuerpo, parecía que le hubieran dado otra paliza. Además, notaba mareos, como si fuera a desvanecerse. Se apoyó en la mesa y. Como era de esperar, los agentes, ante su inesperado movimiento reaccionaron como estaban entrenados, o más bien condicionados. De nuevo los cañones de las armas apuntaron hacia él. —¡Esperad! —ordenó el encargado, de repente más serio—. Está simplemente mareado. Dejadle unos minutos, no pasa nada. Asumo laresponsabilidad.
Esperaron un rato, mientras Julián se recuperaba. Su corazón latía muy apresuradamente, y se estaba temiendo el sufrir un ataque cardiaco. Julián siempre había tenido un corazón robusto, pero recientemente le habían detectado un ligero trastorno, y ahora, con lo que le estaba ocurriendo, temía que su dolencia pudiera agravarse hasta el extremo fatal. Comenzó a medirse las pulsaciones, tal y como le habían enseñado para casos como éste... pero notó que se normalizaban. Durante un momento había estado cerca, muy cerca, con su corazón corriendo desbocado, pero lo había superado. Y esos bastardos de las narices no habían movido ni un solo dedo... ahí estaban, los cabrones, mirándole, y, lo que era peor, apuntándolecon sus armas.
—Venga, no me sea quejica, hombre. Es solo un procedimiento de rutina, ya sabe... Vamos, vamos, ahora tiene que pasar por allí —le señaló una pequeña cámara de paredes de chapa metálica horadada por pequeños circulitos y que dejaban ver un emparrillado de cables. A su alrededor, varios aparatos de medida zumbaban ominosamente. Julián entró dócilmente, todavía respirando con gran agitación. La pequeña cámara era del tamaño de una persona, y siendo él regordete como era, resultaba demasiado opresiva, aunque pudo darse la vuelta una vez accedió a su interior. Estaba sorprendido, esto de la cámara era nuevo... la última vez no tuvo que pasar por ella. ¿Qué le esperaba? Trago saliva, nervioso. Menos mal, pensó para sí, que no era claustrofóbico. Claro, que si lo fuera no se encontraría en aquella situación. Desde luego que no. La puerta se cerró rápidamente delante de él, con un chasquido que le sorprendió. Reculó automáticamente hasta chocar con el fondo de la cabina. Noto su frialdad en el trasero desnudo, y saltó hacia delante en un movimiento reflejo. Suspiró. En verdad que sus nerviosestaban fatal.
La cámara tenía un altavoz, por el que una voz robótica le iba dando instrucciones. Al menos era femenina, lo que le daba un ciertotono agradable.
—Atención, por favor aguante la respiración. Un denso gas verde se extendió por el espacio interior, rodeándole completamente. Cerró fuertemente la boca y los ojos... había tenido tiempo de tomar algo de aire, pero los segundos iban pasando. Se arriesgó a abrir los ojos, con mucho cuidado por si acaso, comprobando que el gas permanecía todavía allí... se empezó a notar incomodo... se asfixiaba... ¡mierda, tenía que respirar ya! Lo iba a hacer! ¿A que diablos estaban esperando? Y justo cuando creía que ya no podría más, un potente ventilador extrajo de la cámara el gas en cuestión de décimas de segundo. —Puede respirar ahora. No hacía falta la indicación. Tan pronto como notó que el gas se marchaba, Julián jadeó ansiosamente en busca del oxígeno que le faltaba, con el rostro enrojecido. La súbita y ansiosa bocanada acabó haciéndole toser convulsamente. —Atención, por favor aguante la respiración. Otra vez? ¡Mierda, mierda, mierda! Contuvo su tos como Dios le dio a entender y se apresuró a aspirar la mayor bocanada de aire que pudo. El procedimiento se repitió ésta vez con un gas de color amarillo. No obstante, duró menos tiempo, y lo aguantó mejor. —Atención, tápese los ojos con la mano. Casi no le dio tiempo a obedecer cuando notó un calor por todo el cuerpo, como si le estuvieran alumbrando con una potente lámpara. —Puede abrir los ojos —dijo la monótona voz. Al hacerlo, Julián pudo ver como la capa más externa de su piel era ahora una capita de cenizas. Se la habían quemado, sin duda con rayos ultravioletas, o algo así. Todo el cuerpo le picaba y dolía. —Atención, prepárese para una ducha. Un chorro de agua gélida cayó sobre él con fuerza, llevándose la ceniza y dejándole completamente helado y casi sin respiración, ante la brusquedad del cambio de temperatura. —Atención, levante los brazos y cierre los ojos y la boca. Esta vez lo que notó fue algo viscoso que se extendía por sus brazoshasta su codo.
—Abra los ojos. Hemos terminado. El panel que cerraba la cámara se abrió con un siseo. Fuera le esperaban dos agentes rodilla en tierra con las armas listas, por si acaso... ¿Por si acaso qué? ¿Esperaban que les atacase o qué? Era ridículo, pensó. ¿Y cómo, si tenía los brazos envueltos en una especie de plástico duro que le inmovilizaba dedos y muñeca? En efecto, era como si se los hubieran escayolado, pero el plástico era transparente, sin duda para que pudieran ver si había guardado algún arma entre las uñas. —Salga de ahí, señor Ramos. Ha sido usted muy buenecito, y nos hemos divertido mucho juntos, pero ahora debe irse. Julián no se arriesgó a responder. En boca cerrada no entran golpes. Había aprendido la amarga lección. Una vez se hubo puesto de nuevo la bata, los dos agentes se situaron junto a él, uno a cada lado, y le condujeron por la puerta de regreso hacia la sala de espera donde les habían introducido al comienzo. Atrás quedaba el hombrecillo, tecleando furiosamente en el ordenador que controlaba todos los aparatos y donde estaba registrado todo lo que le habían hecho y los resultados obtenidos de los distintos análisis. Julián supuso que los mandarían a alguna base de datos, donde los contrastarían con los de Procedimientos anteriores. Esperaba que coincidieran razonablemente. Algún error en algún sitio, un dato que no encajara dentro de los parámetros esperados, y todo se habría acabado para él. En la sala de espera aguardaba ya alguno de los que estaban con él desde el principio. Otros más entraron al poco, tras Julián, y entonces todos los agentes se fueron, y las puertas quedaron totalmente cerradas y selladas. Estaban atrapados, no podían salir. Todos se miraron entre sí con suspicacia. Habían pasado por el mismo proceso que Julián y tenían también los brazos inmovilizados por el plástico. Un hombre y una mujer maduros, sin duda un matrimonio, se alejaron a un extremo y comenzaron a consolarse entre sí. Julián sabía lo que venía ahora. Debía ser muy cuidadoso con lo que hacía o decía. Les estaban monitorizando desde fuera, para observar sus reacciones y palabras al quedarse solos... y seguro que entre ellos había algún agente provocador, un _topo_ que intentaría hacerles hablar, especialmente diciendo algo comprometedor para ellosmismos.
Todos estaban hambrientos y sedientos. No había comida, pero si una fuentecilla de agua fresca de las de tipo chorrito en un rincón. Así que aprovecharon para beber ansiosamente del fresco líquido. De momento, y hasta que saciaron su sed, nadie habló. Julián se palpó el labio con su inmovilizada mano, comprobando que ya no sangraba. No obstante lo tenía hinchado y le dolía. La piel, enrojecida, continuaba picándole, y su cuerpo lucía varios desagradablesmoratones.
Había terminado de beber cuando se le acercó uno de los hombres, más o menos de su edad. Julián se puso en guardia. ¿Seríaéste...?
—Perdone que le moleste. Me llamo Álvaro Fernández, soy corredor de bolsa —se presentó—. Disculpe que no le de la mano. —Claro, claro —dijo Julián, encogiendose de hombros—. Yo me llamo Julián Ramos y trabajo en protección contra incendios. —¡Anda! ¿Extintores y cosas así? —Pues no, vendemos materiales especiales para protecciones estructurales, sellados y. —¡Que interesante! —interrumpió el hombre, en un tono que denotaba que no sentía el menor interés—. Pero dígame... usted ya ha pasado por esto antes, ¿verdad? Julián asintió con un gruñido, sin comprometerse. —¡Estupendo! yo también he tenido que pasar el Procedimiento alguna vez antes, pero nunca con tanta severidad… —bajó el tono de voz de forma conspirativa y preguntó, mirando a uno y otro lado de la habitación—. ¿Cree usted que tenemos un infiltrado? —No se de que me habla, caballero... —respondió Julián, haciéndose el ofendido. Inconscientemente miró hacia arriba, a donde suponía que estaban las microcámaras que les debían estarvigilando.
Fernández observó su gesto y torció la nariz a su vez. —Comprendo, claro, claro... usted si que sabe ¿eh? Esta bien, ledejo en paz.
El hombre se alejó de Julián y se dirigió a otra persona de las presentes, una mujer. El comercial vio como hablaban unos instantes y como la otra se alejaba corriendo de Fernández como si fuera la peste. Seguro que ya había pasado por esto también, pensó Juliánpara su coleto.
Fernández se quedó unos instantes indeciso, mirando a un lado y a otro, quizás escogiendo una nueva víctima, cuando un joven habló en voz alta, para que todos le oyeran. —¡Esto es un fastidio! ¿Hasta cuando nos van a tener aquí? ¡Y ni siquiera nos han dado algo para comer...! Algunos le chistaron para que se callara, pero entonces fue el hombre que se encontraba al fondo con su mujer el que habló sin podercontenerse.
—¡Diga usted que sí! Este procedimiento es inhumano, una auténtica salvajada... ¡miren a mi esposa, está destrozada! —¡Cariño, por favor! ¡Calla! —le pidió, angustiada su mujer. —¡No he de callar! Nos tratan como a bestias... ¡peor que a bestias! Y encima tienen la cara de decirnos que es por nuestra propia seguridad... ¡Ja! ¡Esto es peor que los interrogatorios de la GESTAPO nazi! Y todo por culpa de esos bastardos del gobierno, que son unos incompetentes y. Alrededor del hombre todos habían ido alejándose, creando una especie de vacío. Hasta su mujer se alejaba de forma perceptible de él. Pero el hombre no se dio cuenta, su indignación acumulada estallaba incontenible, rabiosa, con una furia irreprimible. Julián no podía menos que estar de acuerdo con él, pero no podía, no se atrevía a apoyarle. Y entonces se dio cuenta de que el infiltrado era el joven que había hablado en primer lugar, porque tras la salida de tono del anciano no había vuelto a abrir la boca, sino que le miraba despotricar furioso mientras se apoyaba indolentemente en la pared del fondo, cerca de la puerta, con la sombra de una sonrisa bailándole en la comisura de los labios. Los muy hijoputas de los infiltrados cobraban por cada caso desenmascarado de subversión. Julián observó también como el tal Fernández, el que le había abordado antes, miraba ora al joven, ora al matrimonio como si estuviera viendo un fantasma, pálido, tembloroso... Se estaba imaginando que iba a suceder en los próximos minutos. Los agentes de seguridad no tardaron en aparecer. Entraron cuatro, y mientras dos de ellos les cubrían con sus armas preparadas, los otros dos se acercaron al infeliz con sus cachiporras en ristre y comenzaron a acallar sus protestas a golpes. Vanos fueron por cierto los intentos de la mujer, completamente histérica, por impedirlo. De hecho, recibió un par de golpes que la dejaron también tirada en el suelo, semiinconsciente. Cuando los agentes de seguridad dieron por terminada la paliza, recogieron a los esposos y comenzaron a arrastrarles fuera. —¡No! ¡No! —exclamaba la mujer, la única todavía capaz de hablar de los dos— ¡No hemos llegado hasta aquí para esto! ¡No pueden llevársenos! ¡Nuestra hija nos está esperando! —Enviaremos un mensaje a su hija. Para ustedes todo ha terminado —dijo uno de los agentes. —¡No, por favor...! ¡No se nos lleveeen! El desgarrador grito de la mujer se fue perdiendo por el pasillo mientras los policías se alejaban con ellos. Los presentes se miraron, con angustia y una cierta resignación. Podía haber sido cualquiera de ellos. Se volvieron hacia el joven, pero éste ya no estaba. En medio de la confusión se había escabullido protegido porlos agentes.
La puerta volvió a abrirse no mucho más tarde y entraron tres controladores clónicos, que cuando se veían juntos, mostraban evidentes muestras de individualidad. Detrás, por supuesto, los inevitables agentes armados. —Buenas noticias, señores —dijo uno de ellos—. Están a punto de terminar el Procedimiento Rutinario de Seguridad. Hemos comprobado sus registros, sus identidades, todo, y están ustedes fuera de toda duda. Enhorabuena. Ahora salgan por aquí, por favor. Se oyeron muchos suspiros de alivio. La tensión que había flotado sobre ellos durante todo ese tiempo pareció disiparse. Algunos hasta se rieron con un punto de histerismo. Todo había terminado al fin. Iban pudiera decirse que alegres por el pasillo, cuando de repente, sin que nadie lo esperase ya, se escucharon a sus espaldas pasos apresurados, ruido de armas, órdenes secas y tajantes…. —¡Ustedes, detenganse! —gritó alguien. Todos se pararon como una muy bien entrenada formación de soldados en orden cerrado. El corazón volvió a dispararse en el pecho de Julián. ¿Otra vez...? No osó darse la vuelta para ver quién había hablado. Nadie lo hizo. Todos volvían a sudar como cerdos ante el temor de que algo les pudiera causar más trastornos ahora, que casi lo habían conseguido. Quien había ordenado que se detuvieran era un oficial de Seguridad, precisamente el capitán que había interrogado a Julián hacía un rato. Les adelantó con un paso largo y rápido. Llevaba su arma reglamentaria desenfundada, detrás de él venía todo un pelotón de agentes, que empujaron a los de la fila hasta la pared e hicieron que se pusieran de frente a ella, con las inmovilizadas manos hacia arriba apoyadas en el frío enlucido verdoso, y las piernas abiertas. Julián quedó en el extremo de la fila más cercano a donde estaban los controladores, y a pesar de que hablaban en voz baja, pudo oír lo que el oficial de Seguridad les decía. —Han mandado una señal de alerta máxima. Como sospechábamos, hay un terrorista en este grupo. Por desgracia, los mecanismos de identificación han tenido un problema de sobrecarga y no lo hemosdetectado a tiempo.
—Entonces, capitán, dejamos el asunto en sus competentes manos —dijo uno de los clónicos sin que Julián supiera quién de ellos Notaba temor en sus palabras? — Tiene vía libre para proceder. —Gracias —luego el oficial dijo en voz alta, para que todos le oyeran—: Una última prueba de comprobación, señoras y señores. No pasa nada, será muy breve, y luego podrán salir tranquilamente de aquí hacia su destino. Permanezcan tal y como están. No se muevan oigan lo que oigan y sientan lo que sientan. El que desobedezca estas instrucciones lo hará bajo su propia responsabilidad. Sepan que dispararemos a matar. El oficial comenzó a recorrer la fila, Julián oía los pasos de sus botas. Notó que algo frío se apoyaba en la base de su cuello, y sintió un pinchazo. Acto seguido, sonó un zumbido, pero ni se atrevió a moverse. Aunque no era creyente, rezó una oración. Esto no formaba parte del Procedimiento de Rutina. Y si era verdad lo que había dicho el oficial, corrían todos ellos un serio peligro de muerte. Si no localizaban al terrorista, les matarían a todos sin dudar, sólo para estar seguros. Los segundos se le hacían eternos, mientras contemplaba la pintura de la pared. Todavía nada... al ritmo que le pareció que llevaban, debían estar ahora por la mitad de la fila... notó que se le aflojaban los esfínteres y se orinaba... —¡Usted! —oyó gritar. Lo sabía. Al orinarse encima le habían confundido con el terrorista. Comenzó a llorar de puro pánico. Unos pasos rápidos. Más gritos, un ruido de golpes... —¡Se escapa! ¡Al suelo! ¡Tírense todos al suelo! ¡Al suelo he dicho, imbécil de los cojones! Notó un brutal empujón y cayó al suelo sobre el charco que formaba su propia orina, dándose un golpe terrible en hombro y cadera. Pero no le alcanzó el disparo que estaba esperando. Reunió el poquísimo valor que le quedaba, y empujado por la curiosidad, se atrevió amirar...
Como entre brumas, a través de las lágrimas, pudo ver como corría pasillo abajo el hombre que hasta hace poco ocupaba el último puesto de la fila. Había conseguido derribar de alguna manera a una de las torres humanas de seguridad y se había lanzado a tumba abierta hacia la puerta iluminada del final del corredor. Los agentes, sin embargo, no le persiguieron. En su lugar, comenzaron a sonar los secos estampidos de varios fusiles, que el eco del pasillo multiplicaba y confundía. El fugitivo pareció sufrir un violento empujón hacia delante, mientras varias manchas de sangre surgían en su bata. Dos disparos acertaron en su cabeza, que prácticamente desapareció, desparramando sus sesos en un amplio arco. El resto del hombre chocó violentamente contra la pared y cayó, dejando tras sí un rastrorojo...
—¡Le tenemos! —gritó alguien con júbilo cuando cesaron losestampidos.
—¡Silencio! ¡Cabo, compruebe que es el terrorista! —oyó ordenaral capitán.
—¡A sus órdenes! —¡Que nadie más se mueva! —esta orden era evidente que iba dirigida a Julián y sus compañeros. Por supuesto, nadie se movió. De hecho, Julián intentó apretarse aún más contra el suelo. —¡Mi capitán, es él! ¡Su perfil genético coincide! —oyó gritar desde el extremo del pasillo. —¡Rápido, análisis de emergencia! Julián vio como uno de los de la bata blanca, pálido de miedo, se acercaba sin embargo con valentía a los restos tirados en el suelo del presunto terrorista. Si realmente lo era, cualquier cosa podía ocurrir ahora, desde una violenta explosión a la liberación de gases venenosos o corrosivos. Con el corazón en un puño, esperaron mientras el hombrecillo trasteaba sobre el cadáver con unos aparatos. Entonces, le oyerongritar con pánico:
—¡Por todos los santos! ¡Lleva en el cuerpo varios miligramos de _sintobacillus_ en una plastibolsa interna, capitán! —¡Dios! Pero ¿Cómo cojones ha conseguido pasar los controles? Como no lleve un biocamuflaje interno... ¡Estos miserables fanáticos se las saben todas...! —comentó para sí—. ¡Cabo, pida una recogida de seguridad máxima y llévense el cuerpo al recinto de Control Biológico! No sabemos si el _sintobacillus_ puede liberarse a distancia, o al poco de morir el portador... o si la bolsa la hemosroto a tiros...
El equipo de recogida llegó muy rápidamente, con sus blancos uniformes aislantes, y el cuerpo fue introducido en una bolsa y sellado. En unos segundos lo sacaban de allí para llevárselo a un lugar seguro donde neutralizar la amenaza. La crisis había acabado tan rápido como empezó. —¡Está bien! ¡Pueden levantarse ya! —ordenó el oficial— Se ha terminado el espectáculo. Espero que hayan comprobado la necesidad y eficacia de nuestro procedimiento, señores. Han estado a punto de morir y con ustedes, seguramente, otros muchos miles de personas. Piénsenlo cada vez que nuestro Procedimiento Rutinario de Seguridad les parezca duro e innecesario. Tras el improvisado discurso del capitán, todos se pusieron de pie como pudieron. Nadie les ayudó, por supuesto. Volvieron a formar lafila.
—Ahora váyanse —el capitán consultó su reloj—. Tienen el tiempo justo. Tenemos sus datos, por supuesto, así que les llamaremos si necesitamos su testimonio. Adiós —les despidió el oficial sin más, retirándose con los agentes a paso ligero. El grupo ya no dijo nada. Estaban como atontados por el espanto. Se habían dado cuenta, en efecto, del peligro corrido y se habían quedado como fuera del mundo. Julián tardó un buen rato en recuperarse, en darse cuenta que ahora todo estaba a punto de terminar ya por fin, de verdad. Fueron conducidos en total silencio hasta el vestíbulo. Allí les esperaban algunos auxiliares con las preceptivas sillas de ruedas acolchadas. Uno por uno, según fueron llamados, se sentaron en los cómodos asientos. Los sistemas de sujeción se activaron, y sus brazos, piernas y torso fueron inmovilizados completamente, como era de rigor. Los auxiliares procedieron entonces a ajustarles las máscaras en la boca para inmovilizarles la mandíbula, máscaras que a Julián siempre le habían recordado aquella otra de cuero que le ponían a un asesino psicópata caníbal en una vieja película de suspense del siglo pasado para evitar que mordiera a la gente hasta matarla. Le daba mucho repelús, pero la consideraba una molestia menor, tras lo que habían pasado... Estaban aún ajustándoles a las sillas, cuando aparecieron los que habían pasado por el Procedimiento Especial. Eran solo la mitad de los que entraron, notó Julián. Venían ya en sus sillas, con sus correspondientes máscaras y la bata de rigor. A pesar de eso, que hacía parecer a todos iguales, Julián reconoció entre ellos a la joven del principio, gracias a sus inconfundibles ojos grises. Esta vez fue él quien se atrevió a preguntar. —¡Vaya, parece que todo ha terminado! ¿Qué tal le ha ido? —su voz sonaba rara, al no poder mover la mandíbula, pero la joven leoyó y entendió.
—He sobrevivido —dijo a duras penas—. Fue un infierno, pero he sobrevivido. Yo... no creo que pudiera soportarlo otra vez. —Si, lo entiendo. Pero ya verá como acabará olvidándolo. Y la próxima vez le irá mejor. Ya verá, confíe en mí. —No. No habrá próxima vez. La firmeza de la voz de la chica detuvo el siguiente comentario de Julián. Aunque no lo dijo, Julián estaba convencido de que la chica acabaría pasando por esto siempre que fuera necesario. A él mismo ya le tocaba repetir esa misma tarde. Cuándo todo estuvo listo, las sillas comenzaron a moverse automáticamente, rumbo a su destino final. Julián oyó entonces la voz amortiguada de Fernández, que iba detrás de él, preguntándole: —¿Nos sacan ya de aquí, no? No soportaría más controles. —Si, por fin... y creo que justo a tiempo —contestó con unsuspiro.
El grupo salió de la zona de seguridad en convoy, como si fueran un tren. Al salir pasaron por debajo de un arco del tamaño justo para dejarles pasar. El antiguo detector de metales, pensó Julián, ahora inútil y convertido un simple adorno, un símbolo del pasado, obsoleto y muerto como tantas otras cosas. ¡Ah, que tiempos aquellos! Sólo tenías que pasar por debajo y ya estaba... como cuando él era un niño. En fin, esos días ya no volverían... el terrorismo internacional había acabado con ese mundo más sencillo, suprimiendo la libertad individual y propiciando regímenes de gobierno paranoicos y obsesionados con la seguridad ante todo y a pesar de todo... Entraron en el pasillo de embarque. Al fondo del tubo _finger_ algunos auxiliares con el uniforme de la compañía les esperaban para hacerse cargo de ellos. Tenían la misión de acomodarles manualmente en el interior, fijando las sillas al suelo mediante anclajes preparados a tal efecto, y lo hicieron con suma amabilidad, incluso con delicadeza. Al terminar de acomodarles, una sonriente auxiliar de cabina pasó entre ellos, ofreciéndoles el inevitable zumo de naranja sintético y encendiendo la pantallita frontal para que pudieran consultar las noticias _on line._ Julián se dio entonces el gustazo de retreparse en su asiento de _Business Class_ todo lo que sus ataduras le permitían, relajándose, disponiéndose para el viaje, con ganas ya de llegar para asearse un poco y ponerse la ropa de recambio que había facturado. Dedicó un breve pensamiento al incidente con el terrorista y a las risas que se iban a pasar cuando se lo contara a la familia a su regreso esa misma noche, mientras sorbía el zumo con una pajita por las rendijas de la máscara. La voz del sobrecargo se dejó oír por la megafonía. —Buenos días señoras y señores pasajeros. La compañía Ibérica Flight les da la bienvenida a nuestro vuelo de Puente Aéreo con destino a Barcelona, y lamenta informarles que, debido a un pequeño problema técnico, el vuelo saldrá con cuarenta y cinco minutos deretraso.
—¡Vaya, lo que faltaba! —exclamó Julián, ahora completamente indignado. Si hubiera podido habría golpeado con el puño el asiento— ¡Esto es intolerable! ¡Siempre igual! ¡A que llego tarde a la reunión...! ¡Si es que en esta compañía te tratan como a ganado! De verdad, la próxima vez me voy en el AVE. ESTO NO VA A SER EL FIN. _Ramón San Miguel Coca,_ 1 de octubre de 2006 (8.628 palabras) COMENTAR ESTE RELATO (Ya hay 4 cometarios) Este relato ha sido leído 4030 veces desde el 7/01/07 -------------------------Subir
Opinión
ALFONSO MERELO
_EL DOCTOR JUAN PEREZ de Segismundo Bermejo Y Merelo_, de ALFONSO MERELO . novela insólita, primera de la lieratura española que narra el encuentro con extraterrestres.Opinión
JORGE ROMO
_WONDERFUL DAYS_, de KIM MOONSAENG . película con pretensiones ecológicas pero que no termina de funcionar más preocupada por agradar al mercado estadounidense, imitando los clichés occidentales con poco o nulo éxito.Firmas
MARINA SUCH
_La paciencia es la madre de la ciencia_ . ¿Qué pasa si sufres pilotitis» aguda y abandonas una serie sólo con ver el piloto, o dos capítulos más? No vale que digáis que, si es muy mala, son horas de tu vida querecuperas.
Opinión
ENRIC QUILEZ CASTRO _MAPAS EN UN ESPEJO II_, de ORSON SCOTT CARD . una buena recopilación de relatos, bastante bien construidos y entretenidos, la mayoría de los cuales son bastante agradables de leer.Firmas
FRANCISCO JOSÉ SÚÑER IGLESIAS _Los nueve mil millones de nombres del Hugo_ . En la categoría de Mejor semiprozine de los Hugo de 2021 vemos que la enumeración de personas que participan en los proyectos es muy nutrida.Opinión
JOSÉ CARLOS
CANALDA CÁMARA _ROBIN CAROL, UN ESCRITOR RESCATADO DEL OLVIDO_, de JOSÉ CARLOS CANALDA . uno de los muchos autores que escribieron bolsilibros de forma esporádica buscando cierto desahogoeconómico.
Firmas
LINO MOINELO
_La cienciaficción en la pantalla_ . muchas obras escogidas para ser adaptadas a la pantalla son meras anécdotas en comparación con las grandes obras del género, así que probablemente no fue su calidad literaria la que primó en su momento.Firmas
CRISTIÁN LONDOÑOPROAÑO
_Asimov y la bomba atómica_ . El estallido de la bomba atómica hizo que, el público entendiera que la ciencia-ficción era plausible, y las implicaciones de las nuevas tecnologías no estaban alejados de larealidad.
Opinión
LETICIA LARA
_DESTELLOS DE LUNA. PIONEROS DE LA CIENCIAFICCIÓN JAPONESA_, de DANIEL AGUILAR . El militarismo que caracterizaba a Japón se ve reflejado en la literatura, ya que desde el gobierno se fomentaba esa la idea a todos losniveles.
Opinión
DANIEL SALVO
_CIELOS DE LA TIERRA_, de CARMEN BOULLOSA . Mirada al fin del siglo y a los desengaños e ilusiones del hombre moderno, metáfora de la destrucción y de la desesperanzaComentarios
COMENTAMOS...
Última actualización16 de mayo de 2021
------------------------- FIRMAS.EL FUTURO EN QUE VIVIMOS_Vacunado_
por Francisco José Súñer IglesiasOPINION.LEIDO
_XYZ_
de Clemente Palma
por Daniel Salvo
OPINION.VISTO. STAR TREK TNG _EL HOMBRE DE LATÓN_de Robert Scheerer
por Antonio Quintana CarrandiOPINION.PENSADO
_EL MUNDO DEL RÍO, O LA OCASIÓN PERDIDA_ de Philip Jose Farmer por José Carlos Canalda Cámara ------------------------- EDICIONES ANTERIORESBuscar
Terhli
Secciones
-------------------------Autores
A.T.Q.
La Memoria
El Orden
G.H.W.
La Saga
L.G.L.
Biblioteca
CF Popular
Cómics
Cortos
Enlaces
Firmas
Galería
Glosario
La Hoguera
Humor
Límites
Leido
Visto
Pensado
Oido
Relatos
MalaCiencia
Novedades
Opinión
Leido
Visto
Ensayo
Pensado
Jugado
Películas
PodCast
Premios
Quién es Quién
Relatos
Revistero
El Serial
Series
Babylon 5
StarGate
Star Trek
La cocina
Xa
-------------------------Ayuda
Mapa
-------------------------Suscríbete
Contacto
Correo
-------------------------Estadísticas
Colaboran...
------------------------- Carta de navegación En muchas ocasiones el navegante, enfrentado al océano de información que es Internet, se encuentra perdido, sin saber que hacer o donde acudir para encontrar lo que busca. Desde este pequeño apartado pretendo dar una ligera orientación sobre las páginas en español de ciencia-ficción más interesantes. aunque no estén todas las que son, para empezar creo que es suficiente.AEFCFT
Axxon
Cinefania
Terminus- Trantor
NGC3660
-------------------------Argentina
Chile
Cuba
Perú
_Creado:_ 1 de enero de 2007 _Última actualización:_ 7 de abril de 2013 a las 8:55 _Bienvenida_ MAPA DEL SITIOEnlace permanente
Anterior
Siguiente»
El Sitio no recopila datos de los navegantes y (casi) no usa cookies.Explícamelo Te creoDetails
2
Copyright © 2024 ArchiveBay.com. All rights reserved. Terms of Use | Privacy Policy | DMCA | 2021 | Feedback | Advertising | RSS 2.0